
Las terapias ecuestres son un tipo de terapias asistidas con animales practicada de forma complementaria a las terapias tradicionales con fines de rehabilitación para un amplio espectro de trastornos tanto físicos como mentales; En escuela R.A.I.C.E.S, practicamos estas metodologías para el beneficio de nuestros nin@s.
Desde el punto de vista de los beneficios mentales, se existe un importante número de investigaciones que hacen referencia a los beneficios de la terapia ecuestre en chicos con problemas de socialización y con trastornos de conducta; en chicos con alto riesgo de exclusión social; en jóvenes que están en periodo de desintoxicación por abuso de substancias; en casos de graves trastornos de conducta o en trastornos psicóticos en situaciones en los que han fallado los tratamientos conductuales; en trastornos por déficit atencionales; en el incremento de las conductas comunicativas y de interacción en chicos con autismo; y, en programas de mejora de habilidades sociales y de habilidades de resolución de conflictos.
También aparecen en las bases de datos consultadas algunas investigaciones que hablan de la evidencia de los beneficios de la terapia ecuestre en el tratamiento de trastornos emocionales en alumnos de educación especial; en adolescentes con ingresos psiquiátricos por trastornos emocionales; en el tratamiento de trastornos de la ansiedad con adultos; en habilidades académicas a las que se accede a través de actividades lúdicas tales como el aprendizaje de números, letras y conceptos y en habilidades cognitivas como las habilidades de secuenciación de las tareas, la coordinación ojo-mano, la planificación motora, la orientación espacial, la atención, la memoria y la integración sensorial; y, en el incremento en la calidad de vida de muchas personas, incluyendo a personas diagnosticas con neurosis y psicosis.
En concreto, los efectos de las terapias ecuestres han sido analizados con buenos resultados, en algunos ámbitos, por ejemplo, en la rehabilitación de algunos casos de afasia, en casos de autismo para fomentar las conductas comunicativas y la intención comunicativa, en un caso de disartria del desarrollo, en la rehabilitación logopédica aplicada a un caso de parálisis cerebral, en varios casos de trastornos específicos del lenguaje y de la comunicaciónIX, en las disfonías funcionales, y en los sistemas de movimiento orofaciales y respiratorios de las personas con trastornos del habla y del lenguaje